DESARROLLO EN EL AGRO DE LA MACRO REGION


Blog Participativo
¿HAY DESARROLLO EN EL AGRO DE LA MACRO REGION?
Camila Alejandra Heredia Poma
camilaheredia.net@gmail

INTRODUCCIÓN

 Las doce ciudades de más de veinte mil habitantes que conforman el sistema urbano-de la Macro-región Sur, constituye un mercado en desarrollo que debe ser promovido y aprovechado para liderar la transformación productiva de las zonas rurales. En esa perspectiva buscamos potenciar la vocación productiva de los valles costeños e interandinos, puna y el altiplano; promovemos el desarrollo de la ganadería de camélidos sudamericanos y vacunos, la agricultura basada en cultivos andinos y frutales; la pequeña agroindustria, los servicios articulados al turismo, la educación y gestión ambiental y buenas prácticas de nutrición.

El Programa Regional Sur - descosur contribuye al desarrollo económico y territorial en las regiones Arequipa, Ayacucho, Moquegua y Puno, impulsando la articulación económica, social y política de los espacios rurales a la dinámica regional y macro-regional, de la mano con familias campesinas, productores agrarios organizados; organizaciones de jóvenes y mujeres; micro y pequeños empresarios y gobiernos locales.  Desde 2008 descosur administra la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca.


REFLEXIONES INICIALES


Desco inició su presencia en el sur andino en 1985, con el Programa de Desarrollo Rural del Valle del Colca, en Caylloma, Arequipa. A partir de 1990 amplía su intervención promoviendo la rehabilitación del sistema de andenes y la infraestructura de riego en el Colca, así como la conservación del portafolio de cultivos tradicionales, el desarrollo de cultivos comerciales y la crianza de camélidos, bajo la orientación de mejorar la fibra y desarrollar el mercado para el consumo de carne. Desde 2002, extiende su intervención a Caravelí, para contribuir al desarrollo de la agricultura en los valles costeños, promoviendo la olivicultura, viticultura, los frutales y el procesamiento de la aceituna y la producción de piscos, vinos, mistelas y licor de pera para el mercado regional y la exportación. Actualmente estamos presentes en Camaná, Condesuyos y Castilla en la Región Arequipa; en Lampa, Melgar y Carabaya en la Región Puno y en Paucar del Sara-Sara y Parinacochas en Ayacucho.
                                 
Nos acompañan en nuestra labor el Servicio de las Iglesias Evangélicas en Alemania  para el Desarrollo- EZE – EED, hoy fusionado a Pan Para el Mundo, la AECID, las ONG Fundación Paz y Solidaridad de Navarra, Educación Sin Fronteras de Barcelona, IPADE de Madrid, Ayuda en Acción, Mugen Gainetik y Ginebra Tercer Mundo. Entre las entidades nacionales recibimos apoyo de los fondos contravalor Perú-Canadá, Perú-Suiza y el Fondo Ítalo-Peruano y los fondos PROFONANPE y FONDO EMPLEO.

El mayor desafío de esta zona ha sido convertir esta diversidad en una fortaleza que permita una convivencia armoniosa entre la gente y su entorno. «Por supuesto, los resultados no siempre han sido exitosos. Así, si bien a lo largo de varios siglos tanto el mundo prehispánico como el colonial lograron imponer sus patrones de integración regional norte-sur; en el caso de la República se desarticuló esa integración escindiéndose en segmentos que pasaron a ser parte del Perú, Bolivia y Chile. En suma, la República ha sido hasta hoy incapaz de crear articuladores como los implantados por los Tiahuanaco o los Incas; o por los españoles en el virreinato que integraron longitudinalmente Lima, Huancavelica, Cuzco, el Altiplano y Potosí».


MI ARGUMENTACIÓN FORMAL


Los cambios macro dispuestos por el Gobierno en diciembre de 2015, con la eliminación de los derechos de exportación y las restricciones comerciales, tuvieron una respuesta inmediata en la producción de granos, como reconoció hace unos días el propio presidente, Mauricio Macri, en su discurso en la Exposición Rural de Palermo.
En el caso particular de la producción de maíz, desde entonces viene sumando récords. Esto es en buena medida producto de una confianza que el sector privado agroindustrial comienza a tener hacia el sector público luego de muchos años en que esa relación estuvo interrumpida o distorsionada.

Entre las empresas, organizaciones y profesionales ligados a MAIZAR, cadena que incluye la ciencia, la producción, la provisión de insumos, la transformación y la comercialización del maíz y sus productos, hay expectativas positivas, pero también preocupación por la consolidación de los cambios iniciados en diciembre de 2015.

Nuestro país es muy extenso y tiene una gran diversidad de escenarios. En el aspecto económico, mientras hoy la producción de maíz en la zona central del país es rentable, en el Norte queda con números negativos por los costos de flete y en Patagonia no termina de despegar por la enorme inversión inicial que requiere, básicamente en obras de riego. Por ello, un millón de hectáreas extra de maíz se estructurará de un modo diferente en cada una de estas regiones.

¿Cómo haremos para potenciar y capturar valor en cada una? ¿Cómo implementaremos desarrollos regionales sustentables? ¿Pondremos el carro en movimiento y que los melones se acomoden solos o vamos a planificar? Se trata de un debate que concierne al Gobierno, pero también fundamentalmente a los actores de las cadenas de valor. Todos tenemos que hacernos cargo de este desafío.

En el ámbito internacional, hay un creciente interés sobre el tema del desarrollo regional. El caso de Brasil y su Política Nacional de Desarrollo Regional (PNDR), implementada en 1999, puede servir de referencia, por el impacto que ha tenido.

Esa iniciativa fue fruto de un esfuerzo del país vecino para reanudar un planeamiento en general y de políticas regionales en particular, que se consolidó a partir de 2003 con el lanzamiento de la propuesta de la PNDR del Ministerio de la Integración Nacional y que fue institucionalizada en 2007. Tal política se viene implementando con una gran disponibilidad de recursos y sustento institucional.

En el campo internacional, crece el interés en el desarrollo regional. Por ejemplo, Fabrizio Barca, ex director general del Ministerio de Economía y Finanzas y ex ministro de Cohesión Territorial de Italia, contribuyó a repensar sobre las formas de intervención política y planteó una reforma ambiciosa de la política de cohesión priorizando los enfoques regionales para el desarrollo.

En la Argentina, en el ámbito del Ministerio de Planificación, el trabajo titulado Argentina 2016, Política y Estrategia Nacional de Desarrollo y Ordenamiento Territorial concluye que la Política Nacional de Desarrollo Territorial, y en consecuencia, el Plan Estratégico Territorial constituyen un desafío a la creatividad, y requiere de la reconstrucción de los valores nacionales, del rol promotor de un estado activo, del empuje de las provincias y municipios y, sobre todo, de la capacidad de todos los habitantes para crear solidariamente su futuro en base al modelo de país deseado.

Una ley de desarrollo regional podría ser el marco que anime a los inversores a lo largo y a lo ancho del territorio argentino, para lograr un desenvolvimiento equilibrado y armónico de la gran cantidad de factores de producción que están aguardando: tierra, agua, potenciales fuentes de energías renovables, condiciones agroecológicas, conocimiento. Nos hace falta amalgamar estos factores para producir valor.

Los actores invitados para facilitar esta tarea son los inversores, que pueden tener la cara de un fondo de inversión, de empresas en expansión, de una familia en crecimiento o simplemente de emprendedores que necesitan del apoyo y contención para no fracasar en el intento.

Estos inversores potenciales aprecian los cambios introducidos en las variables macro, pero necesitan seguridad en cuestiones más específicas para abandonar el recelo y animarse a desembolsar su dinero.

La experiencia indica que existen dos grupos de herramientas que tuvieron gran impacto en las políticas de desarrollo regional: por un lado, la financiación a través de diferentes fondos nacionales e internacionales, y por otro, los incentivos fiscales, como la reducción de impuestos a las nuevas inversiones, las amortizaciones anticipadas, los regímenes especiales en algunos sitios en particular, entre otras.

El desarrollo de las economías regionales permitirá poner en producción los abundantes factores de producción, agregar valor e integrarse a cadenas de valor globales, incluso en áreas hoy marginales de Argentina. Una ley adecuada facilitaría la reconversión de estas agobiadas economías en productivas, competitivas, ganadoras. Es necesario que cada provincia y municipio, en colaboracio´n con el Estado nacional y la sociedad, generen un territorio atractivo para las inversiones, previsible ambientalmente y equitativo desde el punto de vista social. El e´xito de esta iniciativa dependera´ de la capacidad del Estado de involucrar en el proceso a todos los agentes sociales y econo´micos, a los diversos estamentos de administracio´n provincial y municipal, para que -en conjunto- analicen el futuro, desarrollen las diferentes etapas de esta poli´tica aunando los esfuerzos y las voluntades en una misma direccio´n y abandonando el individualismo que ha caracterizado a gran parte de nuestra sociedad.

En este contexto, un objetivo a promover con esta política sería fortalecer el rol de las asociaciones de cadena (Maizar, Acsoja, Asagir, Argentrigo), como organizaciones empresariales, sociales y productivas, aportando su estructura en red y su experiencia desde la planificación, la coordinación de actores, la promoción de regiones, la colaboración en la investigación y desarrollo, e incluso en la evaluación de impacto y reformulaciones que sean necesarias.

Existe la necesidad, posibilidad y pertinencia para la formulación e implementación de una ley que contenga los lineamientos de políticas de desarrollos regionales. En las organizaciones de cadena convergen empresarios, profesionales y organizaciones de todos los eslabones, se exponen ideas, se trabajan y afianzan acuerdos, y se piensa en potenciar el futuro. Desde nuestra experiencia, estamos abiertos a ser un ámbito de discusión de iniciativas y colaboración, entre todos los eslabones e intereses asociados, para identificar y estimular la explotación de las potencialidades región por región y promover el desarrollo equilibrado de cada una.



CONCLUSIONES

Luego del reciente fallo adverso a Bolivia de la Corte Internacional de Justicia, es probable que sea más perentorio para el país altiplánico concretar con mayor urgencia el llamado Corredor Ferroviario Bioceánico Central, destinado a unir Brasil, Paraguay, Bolivia y el sur peruano. Al respecto el Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, acaba de señalar que es conveniente para nuestro país que la vía ferroviaria que vendría de Bolivia ingrese al Perú por Desaguadero y que la carga salga al Pacífico por el puerto de Ilo.

 Con respecto a la regionalización, una opción recomendable por su ubicación estratégica y composición social podría ser la de integrar Tacna, Moquegua y Puno en una gran macro región.

Hoy la población migrante se ha tornado mayoritaria en localidades como Tacna. La educación en esas zonas debe acometer tareas poco previstas en su malla curricular como el fortalecer el desarrollo de una identidad regional. Y de otro lado, también debe preparar a las nuevas generaciones para vincularse con un socio internacional que ha hecho de la ciencia y la tecnología el motor de un notable desarrollo. No en varios siglos sino en un puñado de décadas.

 Ejecutar e implementar el proyecto ferroviario CBFC en el más breve plazo posible, teniendo en cuenta la importancia geopolítica que este proyecto representa para el sur peruano y para el relacionamiento de las cuencas del Pacífico y el Atlántico. Culminar los estudios de otras alternativas de interconexión ferroviaria bioceánica a efectos de establecer las prioridades de su implementación.

 Poner en valor los proyectos existentes y otros recursos que se identifiquen a futuro. Dar valor agregado al uso del gas natural, industrializando sus derivados y evaluar la puesta en marcha de una planta petroquímica del Sur que permita hacer uso del gas boliviano, contribuyendo al desarrollo del sur peruano en forma integrada. Evaluar la conveniencia de intercambio de energía del potencial de excedentes de alta tensión en la región sur del Perú hacia países vecinos, teniendo en cuenta todas las variables, entre ellas, los posibles perjuicios a la competitividad de la minería e industria nacional. Poner en valor los diferentes usos que permite la energía, a fin de explotar el potencial industrial, agroexportador y otros para hacer viable un crecimiento sostenible de largo aliento.


REFERENCIAS



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